En casa somos una familia relativamente corta, por lo que una vez que los hijos "nos han ido creciendo", llevábamos años sin ningún evento importante que celebrar. Hasta este año ....
Con una diferencia de dos meses, hace la comunión mi sobrina más pequeña, Marta, y se casa uno de mis hijos.
Ni que decir tiene, que mi casa es una autentica locura. Llevo dos meses sin ver nada recogido, salón, cocina, habitaciones, se han convertido en un autentico taller de galletas, manualidades, bolsas de materiales necesarios para plasmar ideas imaginadas en horas de insomnio y que esperan su turno para convertirse en alguna cosa chula,,,,
Hoy os pongo un "paso a paso" de una de las galletas que le he hecho a mi niña. Sin ella saberlo, es la causante de mi "fiebre galletil", ya que cuando casualmente vi unas galletas de comunión, supe de inmediato que tenía que aprender a hacerlas para ella.
Vamos allá:
En primer lugar, elaboramos la masa de las galletas, cortamos y horneamos.
Con glasa de color carne, hacemos el circulo de la cabeza. Una vez seca, he realizado el cuello del vestido (que en este caso es totalmente personalizado).
Delimitamos con glasa el contorno de vestido y vamos inundando por zonas, dejando secar al menos 30 minutos entre unas y otras, para crear un efecto de volumen.
Marcamos el pelo.
Y añadimos el moño y los lazos, tanto del pelo como del traje.
Estos lazos son de fondant al que he pincelado con polvos nacarados y están realizados con este molde de silicona :
Y para finalizar la galleta, he realizado el crucifijo, la pulsera y los pendientes, y una vez seca la glasa, la he pintado con pintura dorada comestible.
La carita está dibujada con rotulador comestible negro.
Me ha gustado muchísimo como ha quedado.
Y este es el resultado final para enrtregar a los invitados.
La etiqueta ha sido otra odisea.... En vista del poquísimo tiempo libre del que dispongo, anímé y apunté a mi marido a un curso de Photoshop on line y a otro presencial con Julia, de
http://postreadiccion.blogspot.com.es/. La idea era que él se encargara de crear los kits de fiesta para las mesas de dulces de los dos eventos. A medida que se acercaba la fecha, al final casi ni dormía....
Pobre (le meto en cada jaleo...). Jajaja.
Total, que en vista del resultado, opté por comprar a Julia el kit que más me gustó y al que Iván (mi hijo pequeño) modificó, para ajustarse a mis necesidades.
En las siguientes entradas os mostraré todas las cosas que he ido haciendo para sorprender a la más pequeña de la familia.
Hasta pronto.